Escala: Iniciamos el desarrollo del programa arquitectónico cuestionándonos cuál era la escala del proyecto arquitectónico a nivel metropolitano, qué impacto tenía por su ubicación, la conectividad con diversas redes de transporte público y su relación con otros grandes equipamientos educativos cercanos.

Intersección: El proyecto fue planteado de forma integral, donde el programa arquitectónico debía satisfacer la demanda de espacios culturales en la zona, así como resolver el uso actual del predio que es un estacionamiento de autobuses biarticulados, generar espacios abiertos, plantear una estructura lógica, pensar en el paso de servicios, circulaciones verticales de emergencia y tener presente que estos elementos se encontraban inmersos en un conjunto que es el contexto inmediato industrial al sur y la zona habitacional al norte. 

Estacionamiento: El resultado de diseñar un estacionamiento en sótano, cambiando dos circulaciones lineales por un circuito en infinito que permite girar 180º a los autobuses dentro del predio, colocar rampas con un desarrollo considerable y sumar una estructura robusta, fue que el número de cajones no disminuyó, sino que a través de un diseño óptimo aumentó de 40 a 50, 25% más que la capacidad actual.

Mantener la escala humana: Era importante para nosotros no generar un edificio que fuera una gran barrera física. Por ello, consideramos desde el planteamiento del programa espacios que permitieran el encuentro dentro de los edificios de este equipamiento. Una de nuestras influencias en el diseño para generar vitalidad fue el libro Soft city del urbanista David Sim, director creativo del despacho Gehl.

Accesibilidad: Planteamos que transitar por el Centro Cultural por cuenta propia tanto en espacios exteriores como interiores era requisito obligatorio e innegociable por dignidad de todas las personas sin excepción alguna. Por ello insistimos en el diseño para mover el acceso de los autobuses y liberar las esquinas para los peatones.

Calidad en los espacios: Tomamos como premisa anteponer la calidad de los espacios, que permitan una sensación de bienestar y confort, considerando a la funcionalidad y, más importante aun, el sentido de pertenencia como consecuencia de priorizar la búsqueda de sensaciones y emociones en el espacio al diseñar.

Espacios exteriores: Insertos en un contexto de espacios mayormente cerrados y grandes muros, consideramos la importancia de los espacios abiertos, incorporados en espacios entre edificios que permitieran el encuentro y terrazas que complementan los espacios interiores.

Alturas: La fachada sur, con frente a Poniente 152, crece en altura de forma vertical correspondiendo al ancho de la vialidad y a proteger de la incidencia solar los espacios interiores. La fachada norte que da hacia una zona habitacional se remete conforme va ganando altura.

Adaptabilidad: Pensar desde un inicio en la estructura cuyos claros permitieran incorporar los espacios del programa a la par del estacionamiento, así como considerar una estructura robusta para una ciudad sísmica, nos dio como resultado un proyecto donde estructura y arquitectura son parte de lo mismo. La estructura se expresa en todo el proyecto tanto en el exterior como en el interior. Consideramos importante que la arquitectura pueda adaptarse a su tiempo, convirtiendo a los edificios en espacios vivos.